Sentiversos: noviembre 2015

25 noviembre 2015

Tuyo no es mi corazón

Despertar asustada entre tus garras.
Una tortura que me enamora,
una tortura que me acojona
al saber que me quieres y me odias.

Tal vez tus palabras sean ciertas:
tal vez me merezco el desprecio
de esos puños traicioneros
y esas miradas molestas.

Quizás es cierto que me quieres
y por eso cada día me enseñas
mediante gritos, insultos y golpes
cómo debo hacer lo que deseas.

Por eso tal vez deba ser
la idiota que se calle sin rencor,
tal vez debo tragarme el dolor
y ser esclava de tu querer.

Idiota tú que crees que me quedaré,
¡Idiota por quererme a base de engaños!
Idiota eres por creer que te amaré
tras condenarme durante tantos años.

Mira mi rostro lleno de morados
durante un momento fugaz
 y que en tu recuerdo quede grabado
porque no me verás más.

¡Ahora ve a llorarle a las demás!
Idiotas ellas que se creen tus palabras
esas palabras falsas que me contaste a mí.
Ojalá abran los ojos y se cuiden de ti.

Tú que la vida me robaste,
yo que te regalé mi amor,
y tú que mi vida destrozaste
llenando mis días de dolor.

¡No te atrevas a acercarte!
No vuelvas a pedir perdón.
Ya no quiero ni mirarte,
me voy, tuyo no es mi corazón.

Licencia de Creative Commons
Tuyo no es mi corazón by Laura Zerpa Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://sentiversos.blogspot.com.es/.

23 noviembre 2015

Nunca más

Espero que hayas disfrutado mucho todo este tiempo, que te hayas sentido más hombre y que te hayas regocijado lo suficiente contándole tus hazañas de machito a tus amiguetes. Han sido muchos mis intentos, han sido muchos mis fracasos, pero algo me dice que esta vez será diferente.
¿Sabes qué ocurre cuando atrapan a un animal salvaje y lo encierran en una jaula? Se pone furioso. Se enfada por momentos y su rabia crece cada día. Yo no me considero un animal salvaje, pero sí me considero una persona libre e independiente, a pesar de que tú me repitas lo contrario mientras me encierras en nuestra propia casa. Soy capaz de tomar mis propias decisiones, puedo pensar por mí misma, soy capaz de diferenciar lo que me hace bien y lo que me hace mal, y tú, precisamente, no aportas nada positivo en mi vida. 
Creo que has cogido demasiada confianza, te has apoderado de mí y me has hecho creer que era una cosa de tu propiedad, y que debía obedecerte en todo lo que se te antojaba. Me has hecho aceptar que no valgo para nada, que no soy nada sin ti y que nadie me quiere excepto tú. Pues no, no me voy a conformar con tu rastrera forma de querer, porque a mí sí me quieren otras personas. Sé que si salgo ahí afuera y vivo mi vida puedo conocer mucha gente que me quiera. Como la que antes conocía, sí, como mi familia, mis amigos, mis compañeros de estudio y de trabajo, todas esas personas de las que me alejaste alegando que mi familia eras tú, que mi único amigo eras tú y que tú debías ser el único en mi vida si yo te quería. No, no eres el único, lo fuiste durante mucho tiempo, pero ya no estoy dispuesta a limitarme a ti y a tus caprichos por más tiempo. 
Tuviste el poder de cegarme con mentiras, con falsas promesas y con rebuscadas estrategias, y cuando nada funcionaba, cuando yo intentaba abrir mis ojos, tú me los cerrabas con una patada. Has logrado que me odie a mí misma, que crea que me lo merezco, que el dolor me consuma por dentro. Pero me he dado cuenta de que no, no me lo merezco, y eres tú al único que debo odiar, y eres tú quien debe pudrirse en el infierno. 
Me alegro en cierto modo de no haber tenido hijos contigo, así les he ahorrado el sufrimiento a unos niños inocentes, así les he ahorrado el trauma de ver a su padre llegar borracho a las tantas de la madrugada, sujetándose entre dos desconocidas que sólo quería llevarse a la cama en mi propia casa. Jamás te perdonaré los asesinatos que has cometido, porque esos bebés habrían nacido si tus palizas no hubieran acabado con sus vidas. 
Tú jamás has sabido querer, una persona que no tiene corazón no puede sentir amor ni aprecio hacia otra, así que todos esos sentimientos que salían de tu boca eran simples mentiras disfrazadas. Aún recuerdo cada paliza, el escozor de las heridas al limpiarlas cada mañana, aún recuerdo cada palabra, cada grito, cada insulto. Fueron tantas las veces en las que me dijiste que mi vida no valía nada. 
Me anulaste como persona y me escondiste en la sombra, hasta que todo cambió, no me preguntes cómo ni por qué, pero ya me cansé. He abierto los ojos, he despertado y me he dado cuenta de que no quiero ser un número más en las cifras de las tragedias anuales. Ya no te consiento que me vuelvas a elevar la voz, que me faltes al respeto y mucho menos que me levantes la mano una vez más. Voy a coger mis cosas, esas que tú me quitaste y destrozaste diciendo que todo lo mío era tuyo, voy a vestirme como me dé la gana y a ponerme guapa, voy a romper las cadenas, a levantarme y abrir la puerta, voy a salir a la calle y no podrás retenerme, porque cuando una fiera se libera nadie puede detenerla. 
Me echarás de menos cuando ya no tengas con quien desahogar tu ira, cuando no me puedas culpar de tus males. Sólo espero que el destino te devuelva todo el daño que has causado.

No te molestes en buscarme, porque si me encuentras habrás cavado tu propia tumba, y entonces no dudaré en ser yo quien se tome la justicia por su mano, créeme, sé muy bien cómo hacerlo, al fin y al cabo tuve al mejor profesor y muchos años para aprenderlo.

16 noviembre 2015

Con la mente libre

A veces me imagino un mundo perfecto, en el que reina la paz y todo el mundo se da la mano sin discriminar a nadie por ningún motivo. A veces imagino un mundo en el que no existen las injusticias, en el que no existen las armas y los países viven en armonía. Luego abro los ojos y veo que todo lo que imaginaba no era más que eso, una dulce imaginación, como la de John Lennon y su canción. Cuando abro los ojos veo países entrando en guerras por dinero, por poder, por política. El mundo capitalista en el que vivimos nos hace ver a las personas como objetos, como instrumentos para conseguir un bien que muchas veces es material y se traduce en dinero. Todo gira en torno a los billetes y ese es el mayor enemigo de una sociedad. Una sociedad en la que las mentes de la gente gira en torno al hecho de que el ser depende de aquello que se tiene, y que, por tanto, cuanto más se tiene, mejor o más importante se es, es una sociedad destinada al suicidio inminente. Ya que dicha sociedad matará y dará la vida por conseguir aquello que le otorgue más poder y más dinero, por tanto, esa sociedad no se parará a mirar por los pequeños detalles importantes: la vida, la humanidad, los derechos, las necesidades, los valores, la moral, la ética, los principios, la solidaridad, la igualdad, la fraternidad y la libertad, esa sociedad se verá ennegrecida y desalmada por el egoísmo, el egocentrismo, el odio, la codicia, la ambición, el materialismo, la insensibilidad, la violencia, las guerras y la desigualdad, lo cual lleva a realizar ciertas acciones que no son nada éticas y que atentan de forma directa o indirecta contra los derechos humanos. Matar, engañar, manipular... son acciones muy comunes que pueden llevar a cabo gobiernos y políticos para conseguir sus propósitos: ser los reyes del universo y manejar el mundo a su antojo. Desde pequeño nos imponen leyes, normas, costumbres, tradiciones, religiones, algunas de estas cosas son buenas, otras, no tanto. Muchas cosas que se aprenden en el colegio, se ven en casa o en la calle y se lee o se ve en la prensa escrita o en la televisión, están manipuladas y forman parte del plan. Hay secretos muy importantes que nos conciernen a todos y que nadie sabe porque eso acabaría con el mundo tal y como lo conocemos, hay teorías, conspiraciones, ataques de unos países a otros, intercambios de información, intercambios de armas, de personas, tráfico de todo tipo y hechos nada éticos que manchan de sangre las manos de aquellos que consideramos líderes. La guerra no se combate con más guerra, las diferencias no se solucionan con ataques en masa porque eso sólo provoca muerte de gente inocente. El poder de nuestro mundo lo poseen unas pocas personas, unas pocas potencias, y ellos son los que nos manejan a su antojo mientras nosotros nos limitamos a intentar salvar la vida cada día porque la verdad es que no tenemos ni voz ni voto, nadie nos pregunta si queremos o no entrar en guerras, nadie nos pregunta si vender armas a otros países nos parece correcto, nadie cuenta con nuestra opinión, y prefieren ocultarnos demasiada información para poder tenernos controlados. Debemos ser críticos y recordar el pasado, la mayoría de las veces podemos explicar el presente echando la vista atrás y consultando la Historia, ya que ahí está la clave para mejorar y no volver a tropezar en las mismas piedras. Debemos ser críticos e ir más allá, debemos usar los medios de los que disponemos para contrastar la información y no resignarnos a lo que dice la televisión, porque día a día nos tragamos mentiras por ser demasiado confiados. Hay que recordar que lo único que no tiene límites y es irrefrenable es nuestra mente, nuestra capacidad de cuestionarnos lo que sucede.

Se le pueden poner cadenas a un hombre, se le puede encerrar entre rejas, se le puede matar de soledad y pena, pero ese hombre siempre se mantendrá vivo en su mente, en la que gozará de la libertad más pura y plena.



Licencia de Creative Commons
Con la mente libre by Laura Zerpa Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://sentiversos.blogspot.com/.

15 noviembre 2015

Te odio

A ti, que vienes con tus hijos,
que aplaudes y te ríes,
que me ciegas con tus fotos.
¿Tú sabes lo que ves?

Estás viéndome a mí,
un animal que no vive aquí,
un animal que debería ser feliz,
sin ser obligado a hacerte reír.

Yo tenía una familia,
primero te presento a mi madre,
ella se llamaba Freya
y Kim 2 era el nombre de mi padre.

Ellos me hablaban sobre el otro mundo,
me contaban historias de otros animales,
allá afuera en el océano todo es inmenso,
allá afuera puedes nadar todo lo que desees.

Un día llegaron unos barcos enormes,
mi familia se asustó e intentó huir,
les acorralaron, les hirieron con arpones,
mamá vio a dos de mis hermanos morir.

Cerró los ojos y deseó que fuera una pesadilla,
pero de repente la encerraron en una piscina.
No recuerda mucho de los primeros días,
se sentía confundida y le dolía la tripa.

Todo fue a peor, unas personas venían
y le obligaban a saltar y cumplir órdenes.
No le dejaban comer si no les obedecía,
le insultaban, incluso le hacían cortes.

Luego nací yo, yo nací aquí,
así que no pude conocer ese mundo
en el que todos nadaban en libertad
y en el que toda la familia era feliz.

Tuve la suerte de estar con mi madre,
pero la veía sufrir por mí.
Sabía que ella no era feliz
y que extrañaba mucho a mi padre.

En 2005 murió mi papá,
lo forzaron a reproducirse
y eso no le gustó a mi mamá
que enloqueció hasta querer morirse.

Ella murió en junio de 2015
y quedé sólo en un diminuto tanque
lleno de orcas que deseaban mi muerte,
así que las peleas se producían diariamente.

Sólo quería huir de aquel mundo,
quería conocer por fin la libertad,
y entonces sucedió, llegó un temporal
y el lodo todo lo inundó.

Mis cuidadores me ignoraron,
me enfermé rápidamente,
el agua tampoco la limpiaron
y no me salvaron de una muerte inminente.

Te odio, a ti, que vienes con tus hijos,
que aplaudes y te ríes,
que me ciegas con tus fotos.
¿Tú sabes lo que ves?

Ves un espíritu, un fantasma,
ves una orca consumida,
no escuchas mis palabras
pero ves mi triste mirada.

¡No era feliz!
¡No debía estar aquí!
¡No quería morir!
¡No me deberías aplaudir!

Estamos encerrados y drogados,
somos maltratados y humillados. 
Dar saltos no es educar, es dar espectáculo,
Dicen que estamos sanos, y sólo es un engaño.

No vengas a verme, ni a mi ni a ninguno,
no vengas a mi zoo, ni al mío ni a ninguno,
no seas cómplice de este horror ni de ninguno,
no provoques un final trágico, no debe haber ninguno.



Licencia de Creative Commons
Te odio by Laura Zerpa Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://sentiversos.blogspot.com.es/.

14 noviembre 2015

Somos París

Una noche cualquiera
en la capital francesa,
un viernes de fiesta
que ha sido una tragedia.

Se juega un partido
en un estadio conocido
y muchos aficionados
se agarran de las manos.

Explosiones se han escuchado
en las calles cercanas,
y los jugadores extrañados
cambian sus caras.

El terror se ha sembrado
por las calles de París
y el mundo se ha parado
al saber qué pasa allí.

El teatro Bataclan
ahora es símbolo mundial
por una masacre sin igual
que nunca debió pasar.

La cena en Le Carrillon
se convirtió en un horror
cuando un terrorista disparó
y a varias personas mató.

Todo ocurrió un viernes trece,
en plena noche de noviembre
en la que ocho dementes
mataron a varios inocentes.

Marchons, marchons
mientras andamos.
Marchons, marchons,
nos tomamos las manos.

Marchons, marchons,
todos cantamos.
Marchons, marchons,
somos hermanos.

Los vecinos se vuelcan
y son solidarios
con sus puertas abiertas
a los afectados.

No se pueden justificar
matanzas con creencias,
porque no se debe matar
para solucionar diferencias.

No debemos parar
mientras la sangre se derrame
ni dejar de luchar
hasta acabar con la barbarie.

Nos debemos unir
para apoyar al país
y así poder luchar
por nuestra libertad.

Marchons, marchons,
mientras andamos.
Marchons, marchons,
nos tomamos las manos.

Marchons, marchons,
todos cantamos.
Marchons, marchons,
somos hermanos.

Hoy cantamos unidos
y La Marsellesa es nuestro himno
mientras alzamos la voz
para vencer al temor.

Hoy la humanidad
sin duda se unirá
y la voz alzará
por la libertad.


Licencia de Creative Commons
Somos París by Laura Zerpa Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://sentiversos.blogspot.com.es/.

10 noviembre 2015

Mamá, no dejes de luchar.

Mamá, aunque aún soy solo un niño,
y también soy muy inocente,
sé que quieres estar conmigo
y que en tu corazón estoy presente.

Sé que tú y papá me quieren
y aunque no tienen mucho dinero
sé que miran por mí siempre
porque yo soy lo primero.

Quieren estudiar, 
para enseñarme.
Y quieren trabajar, 
para mantenerme.

No quieren que nada me falte,
ni que deje nunca de reír,
solo quieren protegerme
y hacerme muy feliz.

Mamá, sé que no te quieres
alejar jamás de mí.
Pero mamá, tú sabes bien
que algún día tendrás que partir.

Algún día te iras a trabajar a otro lugar
y me tendrás que dejar con alguien 
que me pueda cuidar y educar
y que también me acompañe.

Yo quiero aprender cosas nuevas 
en una linda escuela
por la que no tengas que pagar,
para poder ir a trabajar.

Sé que papá también quiere un empleo
y así poder ganar algo de dinero
para sus estudios terminar
y un buen futuro lograr.

Por eso no han dejado de luchar,
se han lanzado a recoger firmas,
y no han dejado de gritar.
Hasta la prensa lo confirma.

Con el alcalde han hablado,
al concejal le han preguntado,
al gobierno han protestado
y ninguna solución les han dado.

No desistas mamá, no te rindas.
Sé que tu lucha no es en vano.
El pueblo de Arucas te necesita
y el cambio está en tus manos.

El gobierno nos está engañando,
con mi educación están jugando.
Un servicio me están negando
y un derecho me están vetando.

Este derecho lo tiene todo ciudadano:
una educación pública y gratuita.
Para poder tener un estudio garantizado
y así acceder a un buen trabajo.

Sé que no eres la presidenta,
sé que no tienes ese cargo.
Pero tienes un grano de arena
en la palma de tu mano.

Lucha, lucha y moviliza al pueblo.
Lucha por mi, lucha por ellos.
Lucha por los niños pequeños.
Lucha por nuestros derechos.

No te rindas nunca jamás,
tú eres mi mayor ejemplo
y cuando te quieran silenciar,
grita más fuerte que el viento.

Alguna solución encontrarás,
algún día podrás trabajar
y ya no necesitarás 
que abuela me venga a cuidar.

Porque ese día tendrás
la recompensa merecida.
Ese día dispondrás
de una buena guardería.


Licencia de Creative Commons
Mamá, no dejes de luchar by Laura Zerpa Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://sentiversos.blogspot.com.es/.

09 noviembre 2015

Qué equivocada estaba

Sí, lo admito, siempre negué que el amor a ciegas existiera. Siempre dije que una persona no se podía enamorar de otra a primera vista.
¡Qué equivocada estaba! De repente llegaste tú para demostrarme que el amor verdadero e incondicional sí existe y que es posible enamorarse de alguien antes incluso de conocerle. Desde que supe de tu existencia sentí que mi corazón se llenaba de amor, sentí cómo mis ojos brillaban de ilusión mientras miraban una y otra vez la confirmación inequívoca de que estabas ahí, dentro de mí.
Cuando te vi por primera vez en esa pantallita sentí que viajaba por las nubes sin despegarme del suelo, tuviste el poder de elevarme hasta el cielo sin levantarme de la camilla. Cuando escuche el latido de tu corazón supe que esa era sin duda la mejor de las melodías que había escuchado en toda mi vida. Cuando sentí tu primera patadita lloré y reí de pura alegría. Y así durante nueve maravillosos meses llenos de ilusión y expectación por conocerte, cada día te amaba más y más, y cuando llegó el día de tenerte entre mis brazos, cuando ya no creía que era posible amarte más, llegaste a demostrarme de nuevo lo equivocada que estaba. Mi corazón se rindió a tus pies y estoy segura de que en ese momento se me paró el corazón y dejé de respirar para volver a nacer de nuevo contigo. Para llorar de felicidad y abrazarte como había querido durante los últimos nueve meses.
Te quise, te quiero, y te querré siempre cada día un poquito más mi pequeño tesoro.

02 noviembre 2015

Libertad

Libertad. Un término que siempre me representó, aunque parezca contradictorio, de pequeña no podía conocer el mundo, de hecho, hasta que no tuve catorce años no disfruté de la oportunidad de ver lo que pasaba fuera de casa. Desde la primera vez que salí de casa quedé hipnotizada por la vida, la libertad me llamaba a gritos y mi insaciable curiosidad por conocer cosas nuevas y aprender de nuevas experiencias me empujaba en una corriente de emociones. Diría que esa fue la edad en la que la libertad me cautivó y se apoderó irremediablemente de mí. Cuando había problemas en casa sólo bastaba con encerrarme en mi habitación, abrir la ventana silenciosamente, coger papel y lápiz y salir volando.
La primera vez que lo hice estuve a punto de aterrizar en el jardín de casa, casi beso el suelo con la cara, no sé cómo tuve el valor de salir y tirarme en caída libre sin mirar. Pero lo más sorprendente no es eso, sino que justo a diez centímetros del suelo pude controlar mi vuelo, desplegar mis alas y comenzar a elevarme, más, más, más alto, hasta alcanzar a las gaviotas y volar con ellas a través de mis sueños
¿Cómo describir la sensación de libertad que invadió mi cuerpo?

Me resulta imposible, sólo se trata de sentirlo, sólo así se puede comprender, sólo experimentando se puede sentir. La libertad más pura se abría paso a través de la pluma y mis alas me la brindaban como un regalo de la vida.