Sentiversos: febrero 2016

25 febrero 2016

Yedei: un angelito guerrero que ha volado al cielo

¿Hay algo más puro que la inocente sonrisa de un bebé?
¿Hay algo más fuerte que el amor incondicional de sus papás?
El amor de unos papás llamados Emilio y Nisamar.
El amor hacia un valiente guerrero llamado Yedei.

Este es un caso particular,
una historia sin igual
que ha tenido un triste final
pero sin duda ha sido ejemplar.

Yedei tenía una extraña enfermedad
que convertía cada día en una guerra,
en una lucha por sobrevivir a la tempestad
provocada por cada ataque y asfixia por la flema.

Yedei tenía un sueño,
él quería correr, saltar, jugar
como hace cada día cualquier niño,
que canta, grita y va con sus papás a pasear.

El sueño de Yedei era el de todos
los que le apoyaban de corazón,
los que llamaban a los médicos
exigiéndoles más estudios y atención.

La hipotonía le impedía mantenerse,
le impedía poder moverse.
Pero no le impedía sentir,
no le impedía ser feliz.

Los especialistas en neurología
intentaron saber lo que tenía.
Los estudios y análisis se repetían
pero todo indicaba que remedio no había.

La rehabilitación parecía funcionar
hasta que suspendieron las sesiones.
Encima sin ni siquiera avisar
aplazaban las revisiones.

Entonces sus papás reaccionaron,
no se quedaron callados, ellos gritaron.
En la prensa y en la tv protestaron
y por el sueño de Yedei siempre lucharon.

La incompetencia de algunas personas
afectaron a la salud del pequeño.
Las respuestas siempre eran las mismas:
Excusas, recortes, falta de personal y dinero.

Yedei sólo era un bebé de 15 meses,
no se le podía negar una vida digna.
Sólo era un niño enfermo e inocente
que soñaba con correr algún día.

Sus papás siempre sacaron uñas y dientes
para defender los derechos
de su pequeño gran valiente,
sin resignarse a cruzarse de brazos.

Admiro a esos grandes pilares:
Emilio y Nisamar, unos grandes padres.
Ahora ambos son ejemplares
para amigos, conocidos y familiares.

Varias veces lo ingresaron,
a veces lo alimentaban por sonda.
Varias pruebas le realizaron
pero nadie daba con la fórmula.

Un día, tras darle el alta,
tuvo otra horrible recaída.
Sólo tenía fiebre, no le ingresarían.
Pero poco después Yedei partiría.

Llegó el fatídico día,
Yedei desplegó sus alas de angelito
y decidió vivir por fin su vida
lejos, en otro mundo, porque estaba cansadito.

Yedei ahora está jugando,
está feliz, corriendo y saltando.
No está solo, sino bien acompañado
por el recuerdo de quienes le siguen amando.

Sus papás, familiares y amigos
le siguen recordando.
Y todos, todos, todos
le seguirán amando.

Las redes sociales se han paralizado,
el shock por la noticia se sigue notando.
Yedei nos ha dejado tristes, desolados.
Para la familia no hay consuelo, están destrozados.

Mucha gente se ha volcado con su caso,
junto a él han estado luchando
para ver su sueño realizado.
Pero ahora todo ha acabado.

Pero ahora deben aprender a aceptar
que nuestro rubio se ha marchado.
El chulo pirulo de mamá y papá nos está observando,
nos está mirando sin parar de volar.

Volando está en un cielo lleno de paz,
disfrutando del calor y del amor que le dieron sus papás.
Yedei, ahora por fin puedes descansar.
Sé feliz y no nos olvides jamás.

Porque aunque pasen mil años,
ni mamá, ni papá, ni nadie en el mundo
se podrá olvidar de tus lindos ojos,
de tus miradas, tus sonrisas, tus sonidos.

Porque en el tiempo que estuviste aquí,
llenaste de amor nuestros corazones
alegrando a todo el que se acercaba a ti,
brindando lindos momentos llenos de emociones.

Gracias, porque tu paso por el mundo
lo ha convertido en un lugar mejor.
Porque tu lucha quedará como ejemplo
para otros niños que también están enfermos.

Yedei, mamá y papá serán fuertes,
aprenderán a aceptar tu marcha
porque desde arriba tú les guiarás
en un nuevo camino contigo ausente.

Aunque todos sabemos que tu alma y tu recuerdo
seguirá vivo y latente en nuestros corazones.
Así como en nuestras mentes,
en las que siempre estarás presente.

Aunque no estés, que estás,
tu familia siempre te amará.

Descansa en paz,
pequeño angelito.
Sé feliz allá donde estés,
que aquí nadie te olvidará.


Licencia de Creative Commons
Yedei: un angelito guerrero que ha volado al cielo by Laura Zerpa Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

22 febrero 2016

Adopta

De pequeña me volví loca pidiéndoles un perrito o un gatito a mis padres. Supongo que al igual que otros muchos niños, llega un momento en el que todos queremos tener una bolita de pelo que brinque por todas partes y nos dé besitos. Por suerte, lo único que tuve como mascota fue un canario. Sí, por suerte, porque al crecer y madurar, te das cuenta de lo feo que es regalar una mascota por cumpleaños o navidad. Una pequeña bolita de pelo por la que se paga dinero en un negocio negro, una pequeña bolita de pelo que llena de ilusión a los más pequeños. Una ilusión pasajera que se achica cuantos más gastos va generando esa ya no tan pequeña bola de pelos que va ensuciando y destrozando cada rincón del hogar. Al principio lo castigamos, a dormir al patio. Luego viene un pequeño azote, y luego llega el día en el que como el niño ya no le hace ni caso y los padres están cansados, la maldita bola de pelo termina abandonada en el arcén de la carretera.

Creo que todo niño debería tener una mascota en su vida, sí, pero una mascota adoptada. Una mascota que tenga una historia personal, un animal al que pueda salvar. Tal vez esa sería una buena manera de enseñar a nuestros hijos a amar, a sentir, a ayudar y a ser útiles en la vida, no solo siendo solidarios con otros seres humanos, sino también con otros seres vivos que aman y sienten como uno mismo. Porque comprar un perrito es muy fácil, pero adoptar a un animal que tenga una historia particular y salvarlo del corredor de la muerte es muy gratificante. Seguro que esa bolita de pelo te lo agradecerá el resto de su vida, al igual que tus pequeños agradecerán esa gran enseñanza.


Licencia de Creative Commons
Adopta is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

14 febrero 2016

No me merece la pena

Apareces con un ramo de rosas y una caja de bombones mientras dices “Feliz San Valentín”. Compras joyas y zapatos y te vuelves loco buscando algo único y especial que sea original y romántico. 

Todo porque es San Valentín, el día del amor, o como quieras llamarlo. En mi opinión, es tan sólo una de muchas otras fiestas inventadas para gastar dinero, para potenciar el capitalismo, como el día de la madre o el padre, como navidad o reyes. 

¿Qué pasa? Hoy todo el mundo se vuelve loco regalando ropa, joyas, zapatos, flores, bombones, peluches, globos, etc. ¿y el resto del año qué? El resto del año hay personas que no le hacen ni caso a quien tienen al lado. 

Me parece un acto de hipocresía que todos piensen que tienen que comprar algo sólo porque hoy es San Valentín. Como si fuera casi una obligación moral, que así es como nos lo ha inculcado nuestra sociedad, porque si no compras y no regalas algo a tu pareja precisamente hoy eres un soso y no eres romántico y pueden acusarte de no sentir nada especial.

He de reconocer que a mí me gustan los detalles, a nadie le amarga un dulce, y si mi pareja me regala una riquísima tarta con forma de corazón, me la como encantada. Pero esa misma tarta me la puede regalar un 14 de marzo, y no pasa nada, porque cualquier día es bueno para el amor y cualquier fecha y excusa es válida para demostrar los sentimientos. 

De hecho, todos los días son buenos para el amor. El amor es un sentimiento que se demuestra cada día, y mi propia experiencia me ha demostrado que las cosas menos importantes son las cosas materiales. Los regalos como los zapatos, las flores, las joyas, la ropa, etc. no valen absolutamente nada si luego resulta que detrás de cada regalo no hay un momento, un recuerdo o un significado que lo haga especial. No valen nada los regalos más caros si no hay un buen trato. 

El amor se demuestra cada día en los momentos más inesperados, no es sólo un beso o una caricia, es ofrecerse a hacer las tareas del hogar, a cuidar de los niños, a dedicar tiempo para los dos, a buscar unos minutos para hablar de ambos, etc. Eso es amor, y eso se demuestra cada día. Es con esos detalles como realmente se prueba el amor más puro y verdadero.

Así que no me merece la pena, y en cierto modo me da pena, ver cómo la gente va de aquí para allá volviéndose loca por encontrar ese regalo especial olvidando que lo verdaderamente importante es tratar a esa persona de forma especial cada día de cada mes de cada año del resto de sus vidas. 



Licencia de Creative Commons
No me merece la pena by Laura Zerpa Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://sentiversos.blogspot.com.es/.

08 febrero 2016

Escapar

Despierto entre gritos y portazos,
me miro al espejo y sólo veo ojeras
bajo unos ojos marcados con puñetazos,
¿qué habré hecho yo para ser tu prisionera?

Dices que soy lo mejor que te ha pasado,
que sólo quieres educarme
para alejarme de lo malo,
aunque tengas que pegarme.

Estoy cansada de acostarme
ahogada en mi propio llanto.
Estoy cansada de callarme
cuando descubro tus engaños.

Sé que me miras de un modo extraño,
sé que me observas a escondidas.
Te he visto espiarme en el baño
con ojos llenos de malicia.

Papá, voy a contárselo a mamá.
Le diré que hay un monstruo en casa
y que cada noche sale del armario
para meterse en mi cama.

Papá, voy a contárselo a mamá.
Le diré que me dices niña chica
ella sabe que eso es mentira
porque yo ya tengo ocho años.

No quiero sentir tus sucias manos
bajando por mi espalda
mientras tus asquerosos labios
me susurran guarradas.

No viviré encadenada,
porque sé que no está bien,
no voy a ser tu esclava
porque no eres dueño de mi piel.

Mamá conoce a un cazador,
¿te acuerdas de John?
Él caza fieras como tú,
él acabará con mi dolor.

Él te atrapará en una jaula,
y vivirás siempre encerrado
despertarás entre barrotes cada mañana,
y ya no podrás meterte en mi cama.

Todos te contemplarán y se alejarán
porque verán que sólo eres una alimaña.
Y entonces nadie te temerá,
porque sólo eres calaña.

El cazador nos liberará de tus garras,
podremos huir y escapar de ti,
vamos a dormir en otra casa
y no habrá monstruos allí.

Voy a escapar con mamá,
sé que ella también ha sufrido
porque le has herido con tus zarpas,
durante todo el tiempo que has podido.

Tuviste todo lo que cualquiera querría,
una mujer que te amaba
y una preciosa hija.
Tenías una familia y una casa bonita.

Podrías haber sido feliz con nosotras,
pero no supiste valorarnos.
Tú elegiste encerrarnos
por miedo a perdernos

Tu plan ha salido mal
porque ya no creemos en tu juego.
La tristeza te invadirá,
por haber perdido el amor verdadero.

Adiós papá, con nosotras no podrás,
la fiera en presa se convertirá
y las presas por fin libres serán.
Adiós, hasta nunca, papá.


Licencia de Creative Commons
Escapar by Laura Zerpa Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://sentiversos.blogspot.com.es/.

01 febrero 2016

Carnaval carnaval

Un viaje alborotado
con muchos pasajeros,
y alguno borracho
que perdió sus vaqueros.

Todos a la calle,
a perseguir los sueños,
y tonto el que no baile
para alegrar el cuerpo.

Mujer joven y hermosa:
bigote te va a crecer
y no serás una moza
cuando vuelvas a nacer.

Hombre fornido y viril:
tendrás que usar sostén,
porque el carnaval es sentir
que vuelves a nacer.
Licencia de Creative Commons
Carnaval carnaval by Laura Zerpa Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://sentiversos.blogspot.com.es/.