Sentiversos: ¿Edad ideal para ser mamá?

21 septiembre 2017

¿Edad ideal para ser mamá?

Hace alrededor de tres meses todos fuimos testigos de una polémica noticia: una mujer de 64 años se acababa de convertir en madre de gemelos.
Esta noticia desató la polémica: muchas personas criticaron a la mujer porque se trataba de una persona mayor y llegaron a decir que había un alto riesgo de que dejara huérfanos a sus pequeños y que no estaba capacitada para criarlos; otras personas alabaron su valentía y afirmaron que no había una edad determinada para ser madre y que cada uno era libre de hacer lo que quisiera.

Ahora esta mujer ha vuelto a salir en las noticias. Le han quitado la tutela de sus bebés.
¿Por qué?
Al parecer, la decisión se ha tomado tras comprobar que se había incumplido un "requisito fundamental" de los compromisos que la madre adquirió a la salida del hospital. Según Marian Paniego, gerente de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León, la mujer se comprometió a participar en un programa de intervención familiar para garantizar que los niños tuviesen cubiertas sus necesidades básicas y estuviesen seguros. Ahora se interpreta que los niños podrían estar en riesgo al existir indicadores de desprotección importantes. Los menores, que nacieron por cesárea el pasado mes de febrero, se encuentran en estos momentos bajo la tutela de la Junta de Castilla y León. Asimismo, la mujer, que se sometió a un tratamiento de fecundación 'in vitro' en Estados Unidos, tiene otra hija cuya tutela también le fue retirada hace seis años.

Ante esta información no puedo evitar preguntarme: ¿Existe una edad ideal para convertirse en mamá?
Rotundamente no.
El hecho de que una mujer tenga 33 años y otra tenga 14 o 64 años no significa que una sea mejor madre que otra. Puede que existan ciertos riesgos evidentes para los pequeños, que varían en cada caso dependiendo de factores como la situación socio-económica. Incluso hay factores biológicos que pueden influir, como el estado de salud, tanto a nivel físico como psicológico, que se tiene para afrontar el embarazo y la maternidad. Sin embargo, es evidente que la edad no es un factor determinante por el cual se pueda concluir que una persona puede o no convertirse en madre. Existen mujeres que han tenido hijos a la “edad ideal” para ello y que son incapaces de criar a sus pequeños de forma óptima, así como mujeres menores de edad que se han convertido en excelentes progenitoras.

¿Entonces, cuál es la clave para saber cuándo convertirse en madre?
La clave es la madurez. No se trata de la edad que se tenga, sino de la responsabilidad y la madurez de cada persona. Se trata de su estado mental y de lo preparada que esté física y psicológicamente para afrontar la maternidad.
Cada caso es un mundo, no hay dos niños iguales, como no hay dos padres ni dos familias iguales, las condiciones y los factores de cada caso son absolutamente diferentes y eso no es cuestión de edades.
Hay personas que no son responsables y que no están capacitadas para cuidar a un bebé porque tienen algún tipo de trastorno o simplemente porque no tienen la madurez necesaria para encargarse de otra persona y renunciar a ciertas cosas asumiendo una serie de sacrificios.

Todo el mundo tiene la libertad de ofrecerle fresas para merendar a un bebé de dos años, aun sabiendo que no es recomendable hacerlo antes de los tres años por riesgo de alergia.
Todo el mundo tiene la libertad de ofrecerle manises a un bebé de tres años, aunque no se recomienda introducirlos hasta los seis años por riesgo de asfixia.
Todo el mundo tiene la libertad de no llevar a sus hijos al médico aunque estén una semana con fiebres altas, aun sabiendo que existe riesgo de síncope febril.
Todo el mundo tiene la libertad de no vacunar a sus hijos y de exponer su salud a un grave riesgo.
Cada madre y cada padre es libre de tomar las decisiones que crea oportunas con respecto a la salud y la educación de sus hijos, pero eso no es cuestión de edades sino de asumir ciertas responsabilidades.
Se trata de la manera de ser de cada uno, de sus cuestiones ideológicas y de un sinfín de factores que influirán de forma inevitable en las decisiones que se tomen.

Ante una perreta, los padres tienen varias opciones y una de ellas es darle al pequeño dos fuertes cachetones. Dejando de lado las cuestiones éticas y legales que enmarcan esta hipótesis, el hecho es que no importa si se tiene 14, 33, 64 o 100 años, cualquiera puede ser un progenitor nefasto si le pone la mano encima a su hijo y en eso la edad no es un factor determinante.

Un niño debe crecer en un entorno adecuado y tener una serie de necesidades cubiertas para garantizar su bienestar, su seguridad y su integridad social. Lo cual es tan importante como desarrollarse y disfrutar de su infancia en un entorno agradable, recibiendo un trato óptimo y gozando del cariño, la empatía y el amor de sus padres.

Con 12, 30 o 70 años, el mayor regalo que le puedes hacer a tu hijo es darle el don de la paciencia y el amor. Tratarlos con amor y paciencia les enseñarán a manejar sus propias emociones y a desarrollarse en un entorno más favorecedor y más tranquilo. No olvidemos que nos tienen a nosotros como ejemplo y que en un futuro actuarán como les eduquemos.

Es posible que una chica de 13 años desee convertirse en madre, aunque no haya terminado aún sus estudios y no tenga un trabajo estable, porque tiene la suerte de contar con un fuerte apoyo familiar y disfruta de unas buenas condiciones socio-económicas que le permiten criar a su hijo garantizando que tendrá todas las necesidades cubiertas y que crecerá en un entorno de felicidad.
Asimismo, es posible que una mujer de 33 años, que tiene un trabajo estable, coche, casa y cuyas condiciones económicas sean idóneas para convertirse en madre, no sea capaz de criar a un bebé porque sufre una fuerte adicción a las drogas, algún tipo de depresión o porque vive en un ambiente familiar desestructurado, por ejemplo.

A menudo escucho comentarios como el hecho de que una chica menor de 18 o 20 años que se ha convertido en madre es una auténtica irresponsable. ¿Por qué? ¿Por qué no ha seguido la línea temporal impuesta de terminar sus estudios, encontrar un trabajo, comprarse un coche y una casa, casarse y luego formar una familia a los 30 o 40 años? Me parece un argumento vacío y sin sentido. Una chica de 16 años puede estar perfectamente preparada y capacitada para compaginar el papel de madre, con el de pareja, con el de hija, con el de estudiante y con el de trabajadora. Eso no depende de la edad, sino de su madurez, de su forma de ser y de la voluntad que tenga para luchar por su bebé. Aunque por supuesto, hay otros factores que también influyen y que muchas veces están fuera de nuestro control.

No es cuestión de edades, existen innumerables factores que influyen en el bienestar y en la felicidad de un niño. En cualquier caso, a los 13, a los 33 o a los 64 años, una puede ser madre y lo único que debe importarle es la felicidad de sus hijos y no el qué dirán los demás.

Con este artículo no tengo ninguna intención de criticar o defender a esta mujer que se ha convertido en madre a los 64 años, porque no conozco su caso ni su situación personal y no soy nadie para juzgarla. Sólo espero que las autoridades e instituciones competentes realicen su trabajo con el único objetivo de asegurar un buen futuro a esos pequeños. Porque son niños inocentes y lo único que necesitan es disfrutar de una infancia feliz con una familia que les cuide y les brinde todo el amor que merecen.



Fuentes consultadas:









Artículo de opinión publicado el 21 de abril de 2017 en el periódico Tacoronte dgital.

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