Hace unas semanas salió a la luz
la noticia de que la famosa Nutella, producto estrella de la empresa Ferrero, contiene
un ingrediente llamado aceite de palma que es altamente peligroso para el ser
humano.
El aceite de palma es un tipo de
aceite vegetal que se produce a partir de los dátiles de la palma africana.
Tal y como se ha demostrado en varios
estudios, este aceite es muy rico en grasas saturadas, que aumentan los niveles
de colesterol y triglicéridos, y su
consumo es perjudicial para nuestra salud, ya que, entre otros problemas, puede
provocarnos cáncer.
Las plantaciones más importantes
de palma aceitera se encuentran en América del Sur, África y Asia, pero dónde
más impacto producen es en Asia, en países como Indonesia, Malasia o Papua
Nueva Guinea, debido a la gran destrucción de los bosques y la selva tropical,
donde se emiten enormes cantidades de CO2 a la atmósfera.
Empresas como Sinar Mas se saltan
las leyes forestales para implantar grandes cultivos de palma, con el objetivo
de convertirse en el principal proveedor de empresas multinacionales tan
importantes como Nestlé, Unileber, Kellogg’s, L’oreal, Burger King, Mc Donalds,
Colgate, Dove, Rexona, Axe, Vichy, Pantene, The Body Shop, Maizena, Frigo,
Mimosin y un largo etc. Como pueden comprobar, no son sólo empresas de
productos alimenticios, sino también cosméticos, productos de higiene personal
y de limpieza del hogar.
La plantación de la palma
aceitera conlleva a la brutal deforestación de zonas en las que habitan
especies que se encuentran en peligro de extinción, como el orangután o el
tigre de Sumatra. En el caso de los orangutanes, por ejemplo, se llega a una
crueldad extrema, puesto que se aniquilan grupos enteros para capturar a las
crías y venderlas a zoos, parques turísticos, coleccionistas, como carne,
género de extracción de pieles, etc. Se llegan a provocar incendios
intencionados para plantar las palmas aceiteras, con lo que se destruye por
completo el hábitat de estos animales y se produce un fuerte impacto
medioambiental. Asimismo, las poblaciones autóctonas que viven en esas zonas se
ven obligados a desplazarse, ya que sus vidas dependen en gran parte del
bosque.
Cuando vayas al supermercado y
escojas el producto que deseas comprar, párate un segundo y lee los
ingredientes, el aceite de palma se identifica con muchos nombres diferentes
como:
Aceite de palma
Aceite de palmiste
Grasa vegetal (palma)
Grasa vegetal fraccionada e
hidrogenada de palmiste
Sodium Palmitate
Estearina de palma (Palm stearin)
Palmoleina u Oleina de palma
(Palmolein)
Manteca de palma
Elaeis guineensis (nombre
científico de la palma aceitera)
Pero… ¿Basta con evitar el
consumo de los productos que contienen aceite de palma para evitar el impacto
medioambiental y las consecuencias nocivas en nuestra salud? Rotundamente, no.
El aceite de palma no es el único
ingrediente que amenaza nuestra salud. Componentes transgénicos, arsénico,
acesulfato, glutamato monosódico o, incluso, sustancias derivadas del petróleo son
algunos de los ingredientes que se encuentran en los productos de alimentación,
higiene, limpieza del hogar, cosméticos, etc. que utilizamos a diario y que
amenazan potencialmente nuestra salud, son factores de riesgo y aumentan
nuestras posibilidades de padecer distintos tipos de cáncer, entre otros
problemas de salud.
Hace poco también se desveló que
el panga es un pescado altamente peligroso para nuestra salud, dadas sus
nefastas condiciones de cultivo en aguas contaminadas. Sin embargo, es muy
habitual encontrarlo en los comedores escolares y los centros de acogida de
personas mayores.
Ludwig Feuerbach expuso en su obra
“Enseñanza de la alimentación”, de 1850, la famosa frase “somos lo que
comemos”. Qué razón tenía, veneno comemos y cáncer padecemos.
Seguiremos abordando este asunto
en próximas publicaciones. No obstante, si desean obtener más información
pueden consultar las siguientes referencias: